devorando carne y almas los demonios reían, con el sufrimiento que perseguían de los seres humanos que se estremecían cada vez que sentían que los demonios los seguían, llorando y gritando corrían más de esta brutal casería no se librarían, porque sus pecados los seguían y de donde se escondían los sacarían, después de comerlos estos demonios sabían que el tormento de sus víctimas jamás acabaría.
escrito por: Arlés Fernando Zambrano Pérez
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