Solo deja un rastro y el sonido de las ráfagas de viento estallar en los oídos por su impresionante velocidad, su energía no conoce límites, caballo indomable de centellas de fuego y corazón salvaje que con el fuerte sonido de sus cascos al correr estremece el cielo y llora la luna.
Escrito por: Arles Fdo Zambrano Perez
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