Lloras y caminas en una fría noche, la lluvia moja tu manto pero así esperas paciente el correr del tiempo presente de cada uno para recordar su santo olvido, pecados y vivencias serán mostrados en su propio espejo y no podrán negarlos solo aceptarlos.
Con sus ojos desnudara tus pecados y con sus alas los abrazara, así no olvidara quien condenado esta, desde el principio hasta el fin.
Un santo olvido como último silbido.
Escrito por: Arles Fernando Zambrano Pérez
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